Como estudiante de literatura inglesa, la escritura era una gran parte de del plan de estudios de Cameron. Ya sea que estuviera escribiendo una crítica literaria o una reflexión sobre uno de los sonetos de Shakespeare, sus trabajos rara vez le llegaban con márgenes limpios y blancos. Pero nunca hubo retroalimentación formal. Las ediciones solo significaban que el profesor había luchado con mi escritura y que tenía muchas oportunidades para aprender. Eventualmente se acostumbró a ver su trabajo cubierto con bolígrafo rojo. Sin embargo, cuando ingresó a su último año, las dudas comenzaron. ¿Era lo suficientemente bueno para ser escritor? ¿Tenía lo que se necesitaba para obtener una maestría en escritura?
Mientras estaba en medio de la duda, un profesor le pidió que pasara por su oficina. “Este poema que escribiste,” dijo desfalleciendo. El tiempo se ralentizó en ese momento de su breve pausa, “es especial. ¿Ves lo que hiciste aquí con este salto de línea? Este es el movimiento de un poeta experimentado y quiero asegurarme de que entiendas por qué”. Continuó.
Aunque Cameron había escuchado los comentarios de este profesor, le llevó años darse cuenta de que había procesado esta retroalimentación mejor que cualquier otra que hubiera recibido. Primero, fue específicamente positiva en lugar de vaga como «gran trabajo». No era parte del método del “sándwich de retroalimentación”, en el que algunos profesores colocan críticas constructivas entre dos cumplidos vacíos.
En segundo lugar, los comentarios positivos incluyeron una pregunta para reflexionar, que se ha demostrado que fomenta un mayor aprendizaje.
Por último, fue una conversación. Hablaron sobre ese poema durante 20 minutos, y el profesor le mostró ejemplos de otros poetas que hicieron movimientos similares. Durante la conversación, Cameron compartió el pensamiento detrás de por qué usó esa técnica en particular, y al hablar en voz alta al respecto, llegó a comprenderla mejor.
Con el tiempo, lo convirtió desde una nueva perspectiva en una parte de su repertorio.
Procesar la retroalimentación va mucho más allá de escucharla en el momento e implementarla. Implica reflexión, conversación y práctica continuas. Sí, gran parte de esto sucede debido a la forma en que recibimos retroalimentación (como la forma en que el profesor la dio), pero también podemos hacer mucho para asegurarnos de que estamos procesando de la manera correcta.
Aquí hay seis pasos para procesar mejor la retroalimentación que pueden ayudar a cualquier persona a aprovechar al máximo los comentarios que recibe.
Balance
El balance se trata de mantener la retroalimentación con neutralidad y gracia en el momento en que se recibe. Para cualquiera que haya recibido comentarios críticos, es más fácil decirlo que hacerlo. Muchos de nosotros vinculamos parte de nuestra identidad personal con nuestro trabajo y recibir comentarios puede sentirse como un ataque personal, lo que nos hace querer reaccionar. Pero aquí, la neutralidad y la gracia trabajan juntas para proteger.
¿Qué significa esto en la práctica? Ingrese a una sesión de retroalimentación con neutralidad, sin estar enérgicamente de acuerdo con la retroalimentación, pero tampoco rechazándola categóricamente. Este enfoque permite ser un mejor oyente en lugar de simplemente tratar de escuchar a la otra persona con la intención de responder.
Pero ¿qué pasa si siente que surge dentro de usted una sensación de acuerdo o desacuerdo? Eso está bien y es natural, pero el consejo en ese momento es que tome conciencia de lo que está sintiendo. No hay necesidad de actuar en consecuencia todavía. Si tiene preguntas sobre la retroalimentación, hágalas, pero intente hacerlo desde esa posición neutral.
Una forma de hacerlo es a través de la duplicación reflexiva, en la que repite lo que dijo el proveedor de la retroalimentación, pero de una manera ligeramente diferente. Por ejemplo, si dice: «Necesitas mejorar en la delegación de tareas de manera más efectiva», podría preguntar algo como: «Está bien, lo que te escucho decir es que crees que me estoy quedando atrapado en la maleza y que esto está limitando mi tiempo para pensar estratégicamente. ¿Es eso correcto?»
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Procesar
La negación, la reflexión negativa y la aceptación inmediata de la retroalimentación generalmente solo prolongan el procesamiento y pueden llevar a que la utilidad potencial de la retroalimentación se desintegre o se retenga. Esto puede convertir incluso los mejores comentarios en una especie de plastilina endurecida con la que es difícil trabajar.
Procesar la retroalimentación se trata de metabolizarla. Esto demanda tiempo, a veces incluso una semana o más, y no sucede en el momento en que se recibe. Es fundamental dejar que la retroalimentación fluya tanto por su cuerpo como por su mente. Eso significa sentir e investigar por qué se siente así.
Para practicar esto, es útil evocar la retroalimentación mientras se está acostado(a) en el piso, con los brazos y las piernas extendidas. Esto también se conoce como savasana, o la postura del cadáver en el yoga, y ayuda a generar un estado de total conciencia y relajación que calma el sistema nervioso. Mientras piensa en la retroalimentación, imagine literalmente a la retroalimentación recorriendo su cuerpo. ¿Qué podría estar tratando de decirle su cuerpo? Observe si su mandíbula, dedos o estómago comienzan a contraerse. Note cualquier cambio en su respiración y preste atención a esos cambios.
Mantenga una mente abierta y sepa que la tensión puede no equivaler a un desacuerdo con la retroalimentación. Es posible que se sienta tenso simplemente porque la retroalimentación es acertada y se siente un poco avergonzado(a) de no haberlo visto por sí mismo(a). El objetivo es comenzar a trabajar en su retroalimentación sin juicio ni emociones.
Posición
Luego, considere los motivos, la posición y la intención del proveedor de la retroalimentación.Eleanor Stribling, gerente de productos del grupo en Google dijo: “A menudo pensamos en la retroalimentación como un espejo de nuestro comportamiento, pero principalmente refleja las necesidades, los valores y las impresiones de la persona que lo da.”
Pregúntate: ¿Crees que realmente quieren ayudarte? ¿Confías en ellos? Obtener una mejor comprensión de dónde proviene el proveedor de comentarios y cómo te sientes con respecto a ellos te ayudará a desarrollar la mentalidad objetiva necesaria para trabajar con una disonancia potencial como una gran retroalimentación proveniente de alguien en quien no confías.
Filtrar
Ahora haga correr la retroalimentación que recibió a través de un árbol de decisiones simple: un método para brindar coherencia y estructura a su proceso de toma de decisiones. Si se siente desorientado en su pensamiento, el formato visual de un árbol de decisiones puede ayudarlo a mantenerse enfocado a medida que avanza lógicamente a través de algunas preguntas críticas. Un ejemplo:
Si bien el árbol de decisiones parece simple, el proceso reflexivo que lo soporta (comprender los valores personales y los objetivos profesionales, por ejemplo) a menudo requiere un trabajo desafiante que es fácil de omitir. Pero no lo haga. Tómese su tiempo para llevarlo a cabo. El resultado final debe ser que se sienta seguro de cómo avanzará con la retroalimentación que recibió. Si ha decidido aceptar los comentarios, puede pasar al siguiente paso.
Proceder
La implementación de toda la retroalimentación a la vez no suele ser la mejor manera. Por ejemplo, supongamos que la retroalimentación que recibió y eligió implementar implica ser más asertivo en las reuniones. Digamos que tiene seis reuniones programadas para el día. En lugar de hacer todo lo posible y mostrar este nuevo lado asertivo de sí mismo, aplique el enfoque de «goteo», practicando ser más asertivo durante una reunión ese día que trata sobre un tema en el que tiene opiniones claras e informadas.
Piense en ello como una práctica. Es más probable que domine una nueva habilidad y forme un hábito con una práctica constante durante un período prolongado en lugar de seis sesiones de práctica en un día. Este enfoque más lento puede ser especialmente útil cuando la retroalimentación que recibió fue constructiva pero no necesariamente vino con una guía sobre cómo incorporarla.
Perspectiva
La perspectiva se trata de preguntarle a aquellos a quienes respeta y que han visto su nuevo desempeño, qué piensan de él para asegurarse de que no haya una discrepancia entre cómo percibimos nuestro desempeño y cómo está aterrizando para los demás. Si el colega al que le pregunte no sabe que es algo en lo que has estado trabajando, puede formular la pregunta como: «He estado trabajando en X. ¿Has notado algún cambio en el rendimiento en este sentido?» Si la persona lo sabe, puede hacer una pregunta general: «Como sabes, estoy trabajando en X. ¿Puedes informarme si ves mejoras en este sentido y cuándo lo haces?»
Con respecto a la perspectiva, también es recomendable escribir su experiencia en un diario para que comprenda cómo los cambios están aterrizando con los demás y cómo se sienten para usted. Anteriormente, se mencionó practicar durante una de sus seis reuniones del día. En este ejemplo, sería útil reflexionar sobre cómo fue esa práctica. Si su intento de ser más asertivo fue agotador porque es introvertido, registre eso en su diario. Con el tiempo, puede comenzar a notar patrones y obtener una mejor perspectiva sobre cómo mejorar de la manera que desea mientras protege su energía para mantenerse motivado a largo plazo.
Aunque es recomendable usar el orden descrito aquí (Balance, Procesar, Posición, Filtrar, Proceder y Perspectiva), también es posible hacerlo en un orden diferente. Por ejemplo, es posible que ya tenga una idea del cambio que desea realizar. En este caso, podría comenzar directamente en Filtrar, o incluso Proceder y Procesar desde allí.
Por último, ¡diviértase! No todo el crecimiento profesional debe ir acompañado de una fórmula, pero puede ser un placer tomar algo relativamente abstracto como implementar la retroalimentación recibida y mirar hacia atrás en el tiempo para ver cómo lo ha practicado, cómo se sintió la experiencia y qué cosas nuevas y perspectivas ha logrado a lo largo del camino.
