Sin confianza no hay liderazgo. Suena bastante simple, ¿no?

Sin embargo, en la realidad no lo es.

Muy pocos gerentes son verdaderos líderes. ¿Cuál es la diferencia entre los un gerente y un líder? Un gerente es alguien que tiene personas que le reportan. Un líder es alguien a quien las personas seguirán, incluso si no le informan. Los grandes elementos que separan uno del otro es la confianza y el respeto de su gente.

Cuando el líder logra establecer confianza dentro del equipo se nota. Los miembros del equipo se sienten seguros al compartir sus opiniones sin temor a juicio o represalias, comparten información libremente y colaboran abiertamente en proyectos y saben que, si el líder los empuja, lo pensando en sus mejores intereses. ¿El resultado? Una fuerza de trabajo altamente motivada y productiva.

Un líder es solo tan efectivo como lo es su equipo. Sin embargo, el construir confianza requiere tiempo y esfuerzo consciente. La gente no confía en las palabras, confía en las acciones.

¿Quiere ganar la confianza de su equipo? Estos son los comportamientos que necesita mostrar:

Liderar con el ejemplo

Los líderes que no practican lo que predican pierden la confianza. Si desea que los miembros de su equipo muestren ciertos comportamientos, primero debe mostrarlos usted. No puede pedirle a alguien que haga algo que usted mismo no haría. Ejemplo: si espera que su equipo trabaje hasta tarde, hágalo usted también. Mostrar a su equipo que usted es uno de ellos y su igual en ser responsable de los resultados contribuirá en gran medida a generar confianza.

Comunicación

La transparencia crea confianza. Los secretos la destruyen.

Los verdaderos líderes son directos, honestos y se comunican todo el tiempo. La falta de información crea suposiciones que generalmente son negativas o perjudiciales para la motivación y productividad del equipo.

La gente puede percibir que está escondiendo algo a una milla de distancia. Si hay algo de información que no puedes compartir con el equipo, cuéntales lo que puedas y demuéstrales que cuentan con tu respaldo. Esto es especialmente crítico en los tiempos de reorganización o despidos. Siempre siga la regla: «Di la verdad, apunta a la esperanza».

Admita sus errores y reconozca sus limitaciones

Reconozca públicamente sus errores cuando los cometa. Admitir que estaba equivocado no es un signo de debilidad, sino de fortaleza. Reconozca los errores y corrija rumbo.

Nadie sabe todo. Todos tenemos nuestras limitaciones. Cree un equipo a su alrededor que lo complemente a usted y a los demás miembros, en conocimientos, habilidades y capacidades. No trate de hacer todo. Deje que los miembros de su equipo impulsen ciertos proyectos y resultados. Eso los hará sentir valorados y lo hará ver bien. Pero siempre respalde a su equipo cuando algo no salga según lo planeado.

Cumpla sus promesas y compromisos

Nadie confía en las personas que no cumplen su palabra. Así que cumpla sus promesas y si se compromete manténgase firme.

Sin embargo, en ocasiones hay circunstancias fuera de su control que podrían entrar en juego. En esos casos, su equipo lo entenderá siempre y cuando muestre de manera consistente que cumple sus promesas en momentos en donde esto no aplique.

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Confía en tu equipo

Contrate a los mejores y confíe en ellos. La confianza es una calle de dos vías. Si no confía en su equipo, ellos no confiarán en usted.

Y siempre recuerde: adjudíquese la culpa, pero otorgue el crédito. Reconozca a las personas por sus contribuciones. Mientras más crédito de, más motivado estará su equipo para mover montañas por usted. Y cuando algo salga mal, reconozca que el error fue cometido bajo su dirección y no arroje a su equipo debajo del autobús.

Pedir retroalimentación

Nadie es perfecto. Todos aprendemos sobre la marcha, incluso hacia el final de nuestra etapa profesional. Pida retroalimentación a su equipo: ¿qué puede hacer como líder para ayudarlos a ser más productivos?, ¿cómo puede mejorar su entorno de trabajo?, ¿qué proceso puede cambiar para que todo el equipo sea más efectivo?, ¿cómo puede comunicarse mejor con ellos?, etc. Y cuando le proporcionen la retroalimentación, acéptela y agradezca. No es fácil escuchar retroalimentación constructiva, pero le ayudará a mejorar como gerente, cómo líder y como profesional.

No favoritos

Un doble estándar es la forma más rápida de deteriorar la confianza. El tener favoritos destruye equipos fuertes. No lo haga. ¡Simplemente no!

Trata a todos de manera justa

Siempre trate a todos de manera justa. Tenga el mismo conjunto de expectativas para cada miembro del equipo y cree las reglas que espera que todos respeten y sigan, por ejemplo, la regla de “No chismes”. Algunos líderes crean las reglas del equipo colectivamente con sus equipos, lo que garantiza que todos acepten mantener el mismo conjunto de estándares.

Establecer expectativas claras desde el principio, incluidos roles y responsabilidades, garantiza que no haya sorpresas más adelante. Esto elimina el estrés de la rutina diaria. Cada empleado sabe lo que se espera de él o ella y no se sorprende durante la revisión de su desempeño.

No chismes

Los chismes matan la confianza. Los líderes efectivos establecen -y siguen- la regla de no hablar sobre un miembro del equipo con otro a sus espaldas.

Escuchar

Tómese el tiempo para conocer a cada miembro de su equipo.

Haga preguntas consistentemente y escuche. Le sorprenderá lo que puede aprender si se queda callado durante las discusiones o reuniones y deja que otros hablen.

Actuar con consistencia

La consistencia es clave para un gran liderazgo. Consistencia de actos, comportamientos, estados de ánimo, expectativas. Si un día está feliz y al siguiente día está furioso o si un día establece un camino y el día siguiente establece uno nuevo creará incertidumbre, frustración y desconfianza. Esto no significa que no se debe de impulsar la innovación y la agilidad, sino que, siempre que sea posible, brinde a su equipo un apoyo inquebrantable en el que puedan confiar y un conjunto de reglas y expectativas que serán su estrella guía durante los momentos malos y buenos.

El éxito del equipo antes que el suyo

Cuando su equipo sabe que usted trabaja para su propio éxito, no le darán lo mejor de ellos, nunca. En cambio, demuéstreles que los pone por encima de sus propias ambiciones. Y nuevamente, no olvide: adjudíquese la culpa, y otorgue el crédito.

Al final del día, el éxito de su equipo también es su éxito. Los dos van de la mano. Pero en su deseo de subir en la organización no deje atrás ni olvide a los que lo hicieron posible. Ninguno de nosotros puede alcanzar el éxito solo, recuerde eso.

Conclusión

La confianza conduce a la lealtad. Y la lealtad lleva a que las personas hagan todo lo posible para ofrecer resultados para usted y la empresa. Para ganar confianza y respeto, debe dar confianza y respeto, así como también cuidar a su gente. Si lo hace no habrá límite para lo que pueda lograr.