Cuando llega el momento de las evaluaciones de desempeño, la mayoría de las personas detesta realizarlas. Ser demasiado positivos y se arriesgan a parecer demasiado confiados, ser demasiado críticos y se arriesgan a dirigir el enfoque hacia a sus debilidades. No es fácil encontrar el equilibrio adecuado, pero aquí están las 5 cosas principales que debemos conocer acerca de las autoevaluaciones, para ayudar a su gente a comprender por qué deberían dedicar tiempo a esto y en qué concentrarse.
1. ¿Por qué es importante una autoevaluación?
La mayoría de las evaluaciones de desempeño requieren que las personas completen sus autoevaluaciones, haciéndolos participantes más activos en su evaluación. Los obliga a pensar objetivamente sobre su desempeño y considerar logros clave, áreas de mejora y objetivos de desarrollo profesional.
Llevar a cabo una autoevaluación es una actividad útil que brinda a las personas la oportunidad de prepararse antes de hablar con su gerente y formarse una opinión propia sobre el desempeño que han tenido. Esto puede plantear algunos puntos interesantes que su gerente no había considerado, o, por otro lado, podrían encontrarse en una convergencia cercana. También sirve para levantar cualquier obstáculo que pueda estar bloqueando el desempeño de las personas y entender cuáles son sus objetivos.
Para los gerentes, una autoevaluación se vuelve aún más interesante cuando se trata de habilidades de liderazgo, para ver si su opinión coincide con la retroalimentación que obtiene de los miembros de su equipo.
2. ¿Cómo hacer uso de una autoevaluación?
Esta es una oportunidad para que las personas se hagan preguntas importantes, como si están en el camino correcto para cumplir con las expectativas de su gerente o si necesitan más claridad en su rol. Al considerar este tipo de preguntas, pueden comenzar a pensar en lo que podrían necesitar para mejorar y en dónde necesitan ayuda, por ejemplo, con un conjunto de habilidades específicas, para que puedan hablar con sus gerentes.
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También es el momento de pensar en la trayectoria profesional y los objetivos. ¿Qué quieren y cómo planean llegar allí? Esto permite que las personas se acerquen a la mesa con una idea prefabricada de hacia dónde les gustaría progresar y solicitar el apoyo de su gerente.
3. Nombrar fortalezas sin sonar demasiado confiado
Naturalmente, una autoevaluación es una gran oportunidad para que las personas demuestren el valor que aportan al equipo y a la empresa en general. Es un momento en el que pueden abogar por sus logros e incluso pueden iniciar conversaciones sobre promociones o compensaciones.
No hay nada de malo en resaltar las cosas que salieron bien. De hecho, también es una forma para que los gerentes comprendan mejor las fortalezas de las personas y las habilidades que más disfrutan usando. Resaltar qué proyectos funcionaron bien y por qué disfrutaron trabajando en ellos es un excelente punto de partida.
4. Encontrar áreas de mejora.
Estamos aprendiendo y evolucionando constantemente como profesionales, lo que significa que en cualquier revisión del desempeño, se identificarán áreas de mejora. En lugar de sentirse decepcionados por las «debilidades» percibidas, se deberían ver como una oportunidad para el desarrollo. No es necesario que esta parte del ejercicio se convierta en autocrítica o que la persona dibuje un retrato terrible de su desempeño, minimizando los logros clave.
Mejorar en ciertas habilidades y aprender nuevas habilidades es una parte importante del desarrollo profesional, por lo tanto, es bueno mostrar el deseo de mejorar y aprender. Esta es una oportunidad perfecta para que las personas identifiquen un curso específico para asistir, próximas capacitaciones que podrían ser relevantes, o la necesidad de más coaching por parte de su gerente.
5. Pensando en el futuro
Las autoevaluaciones pueden ser difíciles de realizar, pero en última instancia se trata de planificar para el futuro y prepararse para el éxito. Más allá de estar en el momento: mirando los últimos meses y el próximo año, las personas deben pensar en su carrera. ¿Dónde quieren estar en 5, 10 o incluso 15 años? ¿Cómo pueden aprovechar al máximo la autoevaluación para alcanzar este objetivo? Pueden convertirlo en una forma de planificar el éxito para el próximo año, así como para el crecimiento profesional continuo.